Por Gabriel Fernández *
Venga. Vamos a descubrir juntos el discurso de Cristina Fernández de Kirchner de espaldas a la sede judicial de Comodoro Py y de frente a una multitud que sólo un líder genuino logra convocar.
¿Es posible “descubrir” un discurso? Creemos que sí porque en el fragor del vivo – directo suenan fuerte algunas apreciaciones de fórmula y quedan opacadas otras, de vigor intrínseco y proyección.
La lluvia, el fresco porteño, la brisa que agitaba las banderas, brindaron el entorno adecuado. La transmisión especial de Radio Gráfica dio cuenta de ello, aunque fue más a fondo: permitió reflexionar mientras acaecían los sucesos.
La ex jefa de Estado (ella sí, imagine lector llamar jefe de Estado a Mauricio Macri: el tono descriptivo derivaría en ironía) tuvo el buen tino de marcar la relación entre las acusaciones de corrupción contra los mejores gobiernos de la historia argentina y los mejores gobiernos de la historia de América latina.
Esa clave deberá ser trabajada conceptualmente con intensidad. Cada vez que una gestión gobierna en beneficio de las franjas populares y dinamiza la economía de un país, es imputada de los peores latrocinios. Empero, se hizo entender CFK, los ladrones son ellos, los que usufructúan el dinero público son ellos, los que fugan divisas, son Ellos.
Y a partir de allí, la cuestión específica de la Justicia. Sin más argumentos que el rebote mediático, los Poderes Judiciales –en nuestra historia siempre, en América latina con intensidad presente– ni se fijan en la prolijidad de las fundamentaciones. Lanzan simples sospechas forjadas tenuemente, a sabiendas de los dos elementos que les brindarán dimensión: el periodismo y el zonzo.
Como bien indicó, los medios concentrados le dan volumen estentóreo a la presunta acusación y, aunque se cuidó de precisarlo (nos hacemos cargo del añadido), el ciudadano estúpido cree o dice creer, y repite versiones que lo humillan al formularlas y evolucionan hacia un voto que dejará a su propia familia sin trabajo.
Entonces, en vez de perdernos en laberintos jurídicos que la oligarquía maneja, vamos hacia la política. Cristina revaluó ese imprescindible nivel de la vida nacional y puso las cosas en su lugar: qué es eso de vituperar a las asociaciones políticas, de prohibir a los empleados públicos participar y opinar, de utilizar como adjetivo descalificativo el término militante.
Añadió que el desarrollo económico de un país brinda libertad a sus hombres y mujeres para ejercer opciones políticas sin estar atados a prebenda y amenazas. Diseccionó de ese modo el proceder macrista al frente del Estado: despedir, atemorizar, y entonces, cercar y terminar impidiendo el pensamiento abierto de quienes consideran la política como una acción constructiva.
En ese marco lanzó una propuesta que ya está dando qué hablar. La convocatoria a un Frente Ciudadano. Un espacio donde los individuos debatan y participen y, si lo desean, se configuren en agrupamientos. Esta iniciativa está directamente relacionada con el criterio de Empoderamiento que la ex presidenta expandiera en su momento como herramienta de elaboración. Tiene, como es evidente, claroscuros.
El Empoderamiento y su derivación, el Frente Ciudadano, poseen la virtud de abrir canales a los independientes que, sin sentirse convocados por las organizaciones, anhelan un lugar expresivo y aportar cooperación al crecimiento nacional. Ese valor, inocultable, tiende a liberar a los individuos para que incidan sin ligarse, pero se perciban parte de un camino.
La zona de difícil resolución es semejante en ambos preceptos. Si el Empoderamiento y el Frente Ciudadano devalúan la trascendencia de las organizaciones intermedias (partidos, frentes, sindicatos, agrupaciones sociales, asociaciones laborales y profesionales), entonces los numerosísimos sujetos organizados y vertebrados con poder de presión, tenderán a fugar, o evadirse.
Este debate sigue abierto en el seno del campo nacional y popular. CFK lo puso sobre la mesa esta mañana, a través de su brillante discurso, y promovió tanto la pasión y la inteligencia militante como las dudas sobre los caminos organizativos del espacio. Entonces, destacamos nuestra advertencia: no todas los agrupamientos son “burocráticos” o “anticuados”. Aún tienen mucho que decir.
Sigamos. Enorme acierto de la ex jefa de Estado al señalar que aquellos congresistas que modificaron su posición tras la derrota fueron desleales al voto que los llevó como representantes del Frente para la Victoria. Y combinó la justa observación con una frase que deja su huella: el concepto traición es demasiado fuerte. Hay que seguir el diálogo y volver a convocar.
En tren de crecer para ser convincentes, Cristina indicó que no hay que pelearse con los ciudadanos que votaron una opción diferente. Una gran parte de la sociedad sigue creyendo que con políticas como las planteadas por el macrismo el país puede desarrollarse. Es preciso, dijo, reflexionar y preguntar cómo estaban hace unos años y cómo están ahora.
Con el mismo sentido convocó a una Jornada de Reflexión Nacional, sin radio, sin tele, sin diarios, sin web, para pensar estos años, dimensionar las circunstancias y atisbar el futuro. Interesantísima propuesta que tendrá que alcanzar una proporción orgánica adecuada para garantizar que todas todas las voces resulten escuchadas.
Claro, como correspondía, habló del presente. Jamás vi, indicó, un proceso en el cual tan rápidamente se deteriore la vida de los argentinos. En pocos meses han eliminado beneficios esenciales de la población, han desarticulado programas de salud , de educación, de ciencia y tecnología –mencionó el ARSAT- y han utilizado a diestra y siniestra los decretos de necesidad y urgencia.
Emblemáticamente, Cristina aclaró “yo usé pocas veces el DNU, una de ellas fue la disposición de la Asignación Universal por Hijo”. Los zonzos que escuchaban a escondidas su discurso deben haber mordido sus lenguas bífidas. Creemos que ese es el camino: lejos de pedir disculpas por las determinaciones más cuestionadas, afirmarlas con sentido social.
Cristina volvió. La realidad golpea las puertas de la Nación. Una multitud en Aeroparque, en Recoleta y en Comodoro Py dijo presente ante una líder de apreciable sensibilidad e inteligencia superior. Y también dijo presente a la lucha por la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política. Banderas arrastradas en el fango por gerentes, medios y jueces. Banderas vigentes, hoy más que nunca.
Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica