Por Gabriel Fernández *
Llovizna fina; miles de agujas impulsadas por el viento. Curiosa acupuntura natural que, en consonancia con la milenaria práctica china, promueve el adentrarse; poca extroversión, escasa algarada extemporánea. Los resultados no están tan mal, pese al gris imperante: la bruma que se forja cuando el agua se difumina nos ahorra la verba en decibeles inadecuados y llama a la reflexión.
Los dirigentes de las agrupaciones dispersas que se identifican como CGT han resuelto convocar a una jornada con ollas populares. Al tiempo que receptaron la exigencia social de “hacer algo” contra el plan de ajuste oficial, contrastaron con la justa intensidad de quienes demandan lisa y llanamente paro general y movilización. Es una ecuación lógica para una camada que ya no recuerda porqué está al frente de gremios numerosos y rentables.