Por Gabriel Fernández *
A través de nuestra emisora hemos indicado, pocas semanas atrás, la posibilidad de un futuro internacional para Cristina Fernández de Kirchner. Señalamos que en el 2016 concluye la gestión de Ban ki Moon, y que existe consenso en Naciones Unidas para que su relevo sea una mujer.
Pocas horas atrás, la embajadora en la ONU, María Cristina Perceval, nos indicó –con la prudencia exigida por su cargo, que esa perspectiva era considerada con entusiasmo y razón debido a la actitud planteada por nuestro país ante el planeta en temas clave.
Bien, en ese marco y refrendando entonces la noticia, intentemos leer juntos el panorama. Pues resulta ostensible que la valuación de una jefa de Estado cuestionada por amplios factores de poder, indica una relación de fuerzas diferenciada a la conocida hasta pocos años atrás.
IMPERIOS
Cabe precaverse. Los anuncios acerca de la caída del imperio vienen de lejos; por lo general, no sólo han sido inexactos: preludiaron recomposiciones extraordinarias y ofensivas impiadosas.
Vale entonces, diseccionar. Y aclarar, antes de lanzarnos al análisis de fondo. Una cosa es que países imperialistas declinen y otra, colateral pero diferente, que el capitalismo se hunda, se extinga definitivamente.
ESTADOS CONTROLADOS
Efectuada esta sencilla precisión, cabe indicar: Los Estados Unidos y Europa son orientados con firmeza por las grandes corporaciones financieras. El nivel de hegemonía alcanzado, desplazó a otros segmentos del poder económico.
Los enormes conglomerados involucran, junto a la rápida capacidad de acumulación manada de dinero sin respaldo y de acelerada circulación, los negocios de las armas, las drogas y varios delitos que dicen condenar. Esas empresas, han tomado por asalto los Estados centrales.
Están absorbiendo como agujeros negros la energía de la humanidad y la convierten en muerte. Si bien eso daña al conjunto del planeta, las principales víctimas estratégicas están en el Norte del mundo. Pues este control implica la anulación del esquema de producción de bienes de producción y consumo.
Un modelo absurdo como el financiero realmente existente, genera políticas violentas y disparatadas. Campañas contra islámicos y mexicanos, canadienses y latinos en general. Acusaciones de marxistas y populistas contra dirigentes que proponen salud y educación públicas.
Y guerras continuas, regulares e irregulares, para canalizar el único elemento productivo material concreto que logran articular.
La dinámica interna de los conglomerados financieros se come su propio raciocinio político económico. Los gerentes que no obtienen la máxima ganancia a cualquier costo en sus áreas, son relevados. Aunque algunos jefes rentísticos resulten conocidos, no hay un “dueño”. Todos deben responder a la lógica de ultrabeneficio.
Si el ejemplo nítido se puede observar, cinematográficamente, en la asamblea de accionistas reflejada en El Padrino III , la comparación vital puede trasladarse a nuestro cine nacional: George Soros no es mucho más que el Viejo Hucha.
ESTADOS QUE CONTROLAN
Frente a este panorama han emergido poderes mundiales intensos que no se resignan a esa lógica. Aunque sostienen el sistema capitalista –no se registra la existencia de otro en el planeta- evitan que los Estados sean controlados por el interés financiero.
Así, la política asentada en el interés geoeconómico regional ordena el rumbo de las empresas. Las sitúa dentro de un modelo que necesita justicia social para gestar la rueda de consumo, producción y ganancia. En suma, se basan en la decisión de originar riquezas materiales, no etéreas.
China, Rusia, Irán, el Unasur, son los mejores ejemplos de esta postura. El amparo mundial que implica la adscripción del Papa Francisco a esta filosofía evidencia su potencial. La pulseada gigantesca que se despliega en todo el orbe tendrá un resultado en el mediano plazo y la Argentina está posicionada adecuadamente para afrontar el futuro.
No está nada mal que así sea. Por nuestra gente, claro, pero también porque por estos pagos surgió la combinación de conceptos clave: Tercera Posición y Comunidad Organizada. Mientras el resto de los seres humanos se debatía entre falsas opciones que unilateralizaban las perspectivas, el movimiento nacional argentino ofreció una solución.
Esa salida planteada por Juan Domingo Perón hoy cobra un volumen singular. De haber sido una opción local se ha desplegado aquí y allá con un éxito trascendente aunque todavía incompleto. Ese desarrollo depende de las batallas a librar en el próximo lustro. ¿Su sentido? Básicamente, garantizar que los Estados Continentales no rentísticos controlen sus economías.
IDEAS, E IDEAS
El modelo financiero percibe, en medio de su vorágine, que sobran millones de personas en el mundo. El Proyecto productivo comprende, a veces con mayor lucidez que otras, que necesita toda la capacidad física y mental de los seres humanos para advenir pleno y triunfante.
En el medio de la gran polvareda de la contienda, numerosos elementos, entre los que se cuentan la Cultura y la Comunicación, van jugando un rol progresivamente más importante. Los que realizamos estos materiales de análisis periodístico, tenemos un rol que cumplir.
Esa función necesita estar atada al interés profundo de los pueblos. Del nuestro, por empezar, pues el lugar del mirador, define. Define aún más que el prisma. Una vez bien situados, podremos entender –y accionar en consecuencia-, que está empezando La Hora de los Pueblos.
*Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica