Por Gabriel Fernández *
Linda Nochebuena. Obviamente, entre brindis y saludos van llegando los comentarios, las hipótesis y por supuesto, las versiones. Algunas, bien fundadas, merecen narrarse.
Antes que otra cosa: menos cuetes que en ocasiones previas. Punto para los que hicieron campañas por las mascotas. Y para los que prevén quemaduras por el uso alocado de la pirotecnia. Pregunta indiscreta y malintencionada: ¿no se pierde un poco de sonido ambiente sin petardos?
Pero vamos a lo indicado. Tiempo atrás, a comienzos del último mes del año, Rafael Follonier dejó su cargo de Coordinador de la Unidad Presidente con rango de secretario de Estado, y se lanzó a apuntalar la campaña de Daniel Scioli; varios quedaron boquiabiertos.
En los intersticios políticos se sabe que Follonier ha sido importante en el vínculo suramericano, especialmente entre el chavismo y el kirchnerismo. El hombre no se fue con una renuncia altisonante ni con diferencias públicas.
Según cuentan sigue activando por el continente, sigue alentando a quienes realzan la gestión de Cristina Fernández de Kirchner; y apoya la precandidatura presidencial del gobernador bonaerense.
Ahora bien; en otro brindis nos contaron que en su afán de alcanzar la primera magistratura Scioli señaló que no tiene ningún problema en que la actual jefa de Estado le sugiera los nombres de su futuro gabinete.
Claro está, al escuchar el comentario indicamos: el resto de los precandidatos, tampoco. La respuesta no se hizo esperar: la novedad es que lo afirme Scioli.
Como habíamos señalado en un Editorial anterior, la pugna no está sólo en la cabeza de lista sino, dadas las circunstancias, en la fórmula. La idea es que el vice tenga mayor relevancia que hasta el presente. Y que no depare sorpresas como las conocidas.
Faltaba un cierre razonable para esta historia y nos la hizo llegar uno de nuestros columnistas políticos desde otro brindis, a través de un mensaje de texto. Fíjese, porque lo transcribimos sin afirmarlo cual certeza.
“La fórmula sería Scioli – Kiciloff” (El mensaje era más largo, pero no nos pareció indicado confundir con datos comarcales). Recién allí, varias semanas después, empezó a entenderse la movida de Follonier. Pero lo más interesante de todo es que, en otra cena de Nochebuena, surgió el dato interpretativo más equilibrado.
Es así. Lo que está haciendo la dirección del movimiento nacional es igualar las posibilidades y evitar que en cualquier caso existan derivaciones imprevistas. Esta versión enfatiza que “no hay una fórmula prefijada”.
Lo que sí hay, indica, es que todos los candidatos –explícitamente o por fuerza mayor- se van comprometiendo a la continuidad del proyecto nacional productivo lanzado en el 2003 y profundizado en el último lustro. Gane quien gane en las PASO, no habrá cabos sueltos.
La idea no suena para nada descabellada, inclusive si se la complementa con la versión primigenia. Y van algunos datos relevantes. Todos saben que la mayor fuerza de base juvenil respalda al ex canciller Jorge Taiana. Bueno es añadir que, por lo bajo, otra fuerza intensa aunque de menor volumen resolvió volcarse hacia Florencio Randazzo.
En uno de los brindis la mención de Randazzo derivó en polémica a raíz de la decisión de su patria chica, Chivilicoy, de anular los concursos de belleza por “promover la violencia de género”. Como muchos de los comensales venían incentivados por los debates en La Señal Medios sobre Tinelli, los bailes en la tele y la cosificación, la charla llegó a ramales insospechados.
Ramales tales como una acalorada discusión sobre los baños mixtos en Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata impulsados por Florencia Saintout. Para decirlo claramente: la mesa navideña se dividió, porque no todos tienen el mismo concepto de privacidad a la hora de hacer pis.
Pero volviendo al asunto: es muy valorado en el gobierno el tipo de campaña frontal de Agustín Rossi (“Un país IGUAL”), en tanto sienta bien en capas adultas de la población la imagen de seriedad y seguridad que ofrece a diario, temprano, Jorge Capitanich.
En todas las tenidas navideñas mencionadas se brindó con satisfacción por el arribo de Aníbal Fernández al gabinete y por la llegada de Oscar Parrilli a las oscuras regiones de los agentes de inteligencia, siempre sospechados de trabajar contra el país. Y en todas, claro, por la presidenta de la Nación.
Ahora bien, hubo varias observaciones sobre segmentos de la oposición, pero no vale incluirlas en este artículo pues todas las combinaciones juntas, poco aportan. Como las reservas se muestran sólidas y la vida personal de su “guardián”, Martín Redrado, está devaluada, se espera un arranque del 2015 sin movimientos bruscos.
Todos coincidieron, obviamente, en que Kiciloff no es Cobos. Cierta sensación de serenidad campeó en el ambiente.
Salud.
*Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Grafica FM 89.3.