Corea del Norte recoge el guante arrojado por la
irresponsabilidad norteamericana
Por Gabriel Fernández
¿De qué se trata la crisis desatada entre las dos Coreas?
Veamos lector: asentémonos en informaciones y dejemos de lado la insistente
propaganda de las últimas horas. Si lograr recorrer este texto hasta el final,
algunas dudas pueden quedar develadas.
Los Estados Unidos han instalado 28.500 efectivos en Corea
del Sur. Este país acaba de anunciar maniobras conjuntas con su poderoso aliado
para el mes de abril. Estos ejercicios se combinan con las maniobras "Foal
Eagle" que las fuerzas conjuntas de ambos países mantienen en curso desde
comienzos de marzo.
Lógicamente: Seúl y Washington aseguran que se trata de
maniobras con un objetivo defensivo, mientras que Pyongyang las considera
ensayos para una invasión.
Ante esta situación, el líder norcoreano, Kim Jong-un,
advirtió este domingo que ampliará "cuantitativa y cualitativamente"
su arsenal nuclear para hacer frente a las amenazas estadounidenses, un día
después de anunciar que su país se encontraba "en estado de guerra"
con el Sur, durante la apertura de la sesión plenaria del Partido único de los
Trabajadores.
Vale recordarlo: en 1953 cesaron las hostilidades entre ambos
vecinos, pero no se firmó armisticio alguno. Es decir, la guerra ha permanecido
latente.
LA POSICIÓN NOCOREANA. Ahora bien ¿cuál es la posición
dominante en Corea del Norte? Vamos a asomarnos a Declaración especial del
gobierno, los partidos políticos y las entidades de la República Popular
Democrática de Corea. Las autoridades y los sectores indicados publicaron, el
30 de marzo, una declaración especial conjunta, cuyo contenido es el siguiente:
"En vista de que las hostilidades de la potencia
imperial para violar nuestra soberanía nacional y perjudicar el supremo interés
del país cobraron un grave cariz, el Mariscal Kim Jong Un, célebre General del
Paektu, convocó una urgente reunión de operaciones referente al cumplimiento de
la misión de las fuerzas de cohetes estratégicos del Ejército Popular de Corea
en la que revisó el plan de golpe de fuego y le puso firma definitiva (...)
Esta determinación constituye "la última advertencia
para las fuerzas hostiles en oposición a la reunificación incluyendo Estados
Unidos y su camarilla títere surcoreana y una resolución determinativa de
justicia en reflejo de la voluntad de nuestro ejército y pueblo de aniquilar al
enemigo".
"Esta es nuestra réplica rotunda y posición invariable.
(...) En adelante las fuerzas hostiles experimentarán en carne propia la férrea
voluntad, la audacia sin par y el terrible temple del General del Paektu que
aseveró que la Tierra sin la Corea de Songun no puede existir".
Frente a esta situación "el gobierno, los partidos
políticos y las entidades de la RPDC declaran como sigue:
Primero, desde ahora las relaciones entre el Norte y el Sur
entran en estado de guerra y por ende todos los problemas emergentes entre
ambas partes se tratarán en atención al estado de guerra. En la Península
Coreana se puso fin el estado de armisticio.
Ya que nuestras fuerzas armadas revolucionarias tomaron
efectivas medidas militares, también las relaciones entre el Norte y el Sur
entran automáticamente en estado de guerra y por tanto castigaremos sin cuartel
con inmediatas y contundentes acciones físicas sin preaviso cualesquier
provocaciones que perjudiquen siquiera en lo mínimo nuestra dignidad y
soberanía".
"Segundo, las provocaciones militares del imperio
norteamericano y su camarilla títere surcoreana en cualquier zona, sea en las
cinco islas del Mar Oeste de Corea, sea en la línea de demarcación militar,
para prender fuego a la guerra de invasión contra la RPDC, no terminarán en
conflicto local sino que se desarrollarán como guerra total, guerra
nuclear".
Y advierten: "Los primeros golpes de nuestras fuerzas
armadas revolucionarias exterminarán al mismo tiempo tanto las bases militares
estadounidenses dispuestas en su territorio, la zona de operaciones del
Pacífico que abarca Hawai, la isla Guam, etc., y en Corea del Sur como la Casa
Azul y otros organismos gubernamentales y las bases del ejército títere
surcoreano y reducirán a cenizas a los provocadores, los invasores".
"Tercero, lograremos la victoria final de la gran guerra
por la reunificación de la patria sin perder en modo alguno la oportunidad tan
esperada. La gran contienda por la reintegración nacional no durará durante
tres días sino que terminará como un relámpago al ocupar de un aliento el
territorio total de Corea del Sur incluyendo la isla Jeju sin dejarles al
imperio norteamericano y sus títeres belicistas surcoreanos ni un momento para
volverse a sí mismo y se realizará de modo tridimensional en el cielo, la
tierra y el mar y sin distinción del frente y la retaguardia".
Concluye de este modo: "No hay en el mundo ninguno que
pueda con la voluntad y fuerza de nuestro ejército y pueblo levantados en la
gran guerra de justicia por la reunificación de la patria y demás compatriotas
coreanos".
LOS EJES DEL PROBLEM. Grave ¿no? Reflexionemos juntos,
lector. Hace tiempo, a la luz de la invasión a la provincia iraquí de kuwait,
tras el hostigamiento sobre Afganistán, los crímenes contra el pueblo
palestino, las provocaciones a Irán y los ataques irregulares sobre Siria,
entre muchos otros ejemplos, señalamos desde este espacio que si no se desataba
una guerra termonuclear a nivel planetario era simplemente por la madurez de
las naciones del Tercer Mundo, que evitaban responder en la misma escala las
ofensivas concretadas por los Estados Unidos o amparadas en su poder.
Por tomar un ejemplo sencillo, si la dirigencia islámica
iraní resolvía tomar represalias ante los asesinatos de sus más importantes
científicos nucleares, podía sobrevenir una hecatombe. Lejos de eso, los países
agredidos, el tan vilipendiado Irán entre otros, han seguido brindando
fatigosas explicaciones a la comunidad internacional para dar cuenta de su
vocación pacífica a la hora de desarrollar las inversiones energéticas.
Es pertinente señalar, entonces, que la única nación a nivel
planetario que ha utilizado, en verdad, la energía nuclear con fines bélicos,
ha sido la potencia del Norte. Salvo los Estados Unidos, con una
irresponsabilidad sin limites, los demás países han entendido que semejante
volumen bélico sólo puede ser empleado con criterio disuasivo.
Lo que es más: sin que sus gobiernos merezcan ser
especialmente reconocidos por una singular bonhomía, pero haciéndose cargo de
una profunda razón autodefensiva, China y Rusia vienen insistiendo, ante cada
provocación norteamericana, en la necesidad de resolver en la mesa de diálogo
el conjunto de las desavenencias.
Pero la soga se tensa hasta que aparece alguien que resuelve
pegar un tirón y no dejarse arrastrar. Y que, como el gobierno norcoreano,
señala "bueno, ya está bien de tanta prepotencia, si tiene que estallar el
planeta que estalle, pero nosotros no retrocedemos un paso más". Lo
señalamos oportunamente: iba a ocurrir. El intemperante tenía que aparecer y
desnudar de una vez la lógica alucinada de un imperio sin más destino que el
sojuzgamiento del resto de la humanidad.
¿Cómo llegamos a esta situación? Las corporaciones
financieras y militares que gobiernan los Estados Unidos han inficionado con su
dinámica todo el proceder de ese país. Por un lado, la ganancia inmediata a
través de una acumulación de beneficios despegados de la producción de bienes y
por otro la necesidad de control geoestratégico permanente y creciente para
garantizar la mundialización de ese lineamiento económico.
A partir de allí es posible afirmar que la única posibilidad
de lograr la paz duradera por la que abogó el Papa Francisco hace pocas horas y
por la que reclama el Unasur en todos los foros internacionales, es la
recuperación del Estado norteamericano a manos del pueblo de ese país,
desbancando la hegemonía plena de tales corporaciones.
LA VIGA EN EL OJO PROPIO. Si la conflagración no estalla en
esta instancia, es probable que la esperanza futura de la humanidad pase por
sincerar la nueva correlación de fuerzas planetaria y someter a los Estados
Unidos a un retorno a la democracia, eliminando de una vez y con toda la
energía necesaria la dictadura de las grandes firmas privadas que han tomado
por asalto la administración, tanto cuando gobiernan los republicanos como
cuando lo hacen los demócratas.
No nos vamos a detener, dada la gravedad de los
acontecimientos que se suceden por estas horas, en polemizar con los imbéciles
que en el Sur del continente siguen agraviando la brillante política
internacional argentina y unasureña en general, y evaluando que el Norte es el
modelo a seguir. Pensamientos como esos han facilitado la tensión que hoy
horroriza a una buena parte del género humano.
Entonces, vale condensar: finalmente, NorCorea recogió el
guante que, por responsabilidad ante la vida en la Tierra, ningún agredido
levantó hasta hoy. Y más allá de la ostensible importancia de convencer a sus
líderes para que la sangre no llegue al río pese a las provocaciones
norteameicanas canalizadas a través de Corea del Sur (un país hueco, consumista
y alineado de modo humillante), la responsabilidad de este panorama la tienen
los Estados Unidos en primera instancia y el conjunto de la OTAN apenas un
escalón por debajo.
La tan mentada democracia, ha permitido a los pueblos de
amplias zonas del mundo agruparse tras intereses equilibrados, con Estados que
no están determinados por la lógica acumulativa del capital financiero y sus
derivaciones armamentísticas. Así, aquél viejo aserto popular la cae justo a
los Estados Unidos, con su régimen cerrado y belicista: dime de qué alardeas y
te diré de qué rengueas. El interés de los pueblos, y las voces que se originan
como correlato, deben ser escuchadas. Hoy más que nunca.
GF / LSM / RG