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La
tormenta que se abatió sobre las ciudades de Buenos Aires y La Plata el último
2 de abril puso en relieve la carencia de infraestructura de cara a
un posible cambio climático. En La Señal, Gabriel
Fernández entrevistó a Néstor Gorojovsky,
Licenciado en Geografía, analista internacional.
Consultado
sobre si el cambio climático es una realidad, Gorojovsky explicó: “podría llegar a afirmarse que existe
una tendencia al cambio climático. Pero lo cierto es que el clima cambia todo
el tiempo. Llama la atención la velocidad de este cambio. Nos toma, en cierto
sentido entre desprevenidos y despreocupados”
Gorojovsky
explicó la particularidad geográfica de la Argentina: “En nuestro país solemos olvidarnos que
gran parte de nuestro país es arido y semi-arido y que esa frontera ha cambiado
con los años, algo corroborable con los registros del servicio meteorológico.
En caso que exista el cambio climático. La pregunta es ¿Qué efecto tendrá
sobre el área pampeana? Primero, si realmente el cambio incrementara
el consumo de energía. El clima es una constante transferencia de energía entre
los polos. Eso produce que llueva mucho, en forma excepcional. Hay lugares del
mundo donde hay lluvias peores, y estos desbordes no existen. Hay que
transportar calor al polo porque la tierra está caliente que termina en mayor
cantidad de tormentas y lluvias. Nuestro clima va a parecerse cada
día mas al de Corrientes o Misiones. Indudablemente pondrá en prueba la
dotación de recursos de una ciudad en el cual el uso del suelo, históricamente,
ha sido poco serio”
Por otra parte, explicó que “Buenos
Aires y La Plata son ciudades blindadas en asfalto. La Plata tiene una ventaja
sobre la Capital al tener mayor cantidad de espacios verdes. En Buenos Aires se
han reducido en forma alarmante. Incluso los corazones de manzana, que
absorbían gran parte del agua de la ciudad. Es extraño, porque por ley deberían
existir como espacios verdes. Las zonas bajas de la ciudad, que deberían ser
los humedales de la capital, pero en nuestro país el liberalismo los utilizó
para acumular barrios pobres. El cambio de asfalto en forma desmedida por los
adoquines, las plazas de cemento han cambiado el panorama pluvial de la ciudad“.