22 MINUTOS: Los gestos y los medios

Por Gabriel Fernandez *

La lectura de los acontecimientos se ha convertido en una fase trascendente, a veces decisiva, de la realidad. Sin embargo, los hechos –denostados por las teorías subjetivistas- suelen ser tercos y tienden a imponerse.

Esta hegemonía de los medios liberal conservadores y por ende antinacionales que se percibe en la Argentina, es considerada determinante sobre el decurso de los acontecimientos. Deberia admitirse empero, que la reacción de las capas medias es equivalente a la registrada en los años 50, cuando el control estaba en manos estatales.

Sin abrir un debate comunicacional, insistimos en que la influencia social de los medios es vasta, pero relativa. Por tanto, el concepto determinante del párrafo anterior, es relevado en nuestra interpretación por el de importante. Se parecen, pero no son lo mismo.



Veamos entonces: ante la imposibilidad de negar la estrechez temporal y la frialdad del encuentro del Papa argentino Jorge Bergoglio con el presidente antiargentino Mauricio Macri, desde el diario La Nación hasta el The New York Times hicieron hincapié en los desencuentros previos, con características bien singulares.

En un artilugio destacable, ambos medios, entre otros satélites, señalaron que los roces se originaron en una actitud negativa del hoy Francisco hacia los homosexuales, mientras situaron en un impropio progresismo al nuevo “luchador por los derechos humanos” internacional, que en el momento del cruce era jefe de gobierno de la ciudad capital.

Así, la distancia entre los dos dirigentes –muy diferente a la calidez de las reuniones del Papa con Cristina Fernández de Kirchner– en vez de interpretarse como un cuestionamiento al proyecto rentístico encarnado por el PRO, es posicionado cual un rastro del contraste entre un clérigo y un civil republicano.

El consejo cínico de Felipe González a Raúl Alfonsín se extiende en el tiempo: “cuando te cuestionen por izquierda ¡peléate con un cura! Ellos siempre quedan a nuestra derecha”. Sugerencia simple y contundente para fingir progresismo, que tantos resultados le brindó al hoy representante de empresas transnacionales por el mundo.

Un esquema interpretativo semejante al de quienes han considerado conservador o hasta fascista al general Juan Domingo Perón por su rasgo de militar, sin visualizar la obra social realizada. Por esos tiempos, Perón recibió numerosas acusaciones sin más fundamento que el uniforme, por parte de quienes en verdad perjudicaban al pueblo trabajador que decían defender.

Ahora, tras un mensaje evidente del Papa Francisco hacia los entreguistas argentinos y hacia quienes en el orden mundial sostienen el proyecto rentístico y antiproductivo del Norte, un mensaje configurado en gestos, tiempos y climas, los medios concentrados sacan a luz una polémica comarcal de años que sólo contribuye a difuminar la obviedad del presente.

La política internacional del macrismo sigue aislando a la Argentina. De Rusia, de China, de Irán, del Unasur. Intenta vincularla aceleradamente a una región Norte que, ya sin plan Marshall ni Alianza para el Progreso, sólo atina a exigir recursos para absorberlo en su agujero negro destinado al salvataje de las grandes firmas financieras ligada a las armas y al lavado.

El Papa Francisco, que toma mate bajo el agua, lo vio venir y lo resolvió como pudo. El retiro por un resfriado le permitió pensar, y definir las actitudes a adoptar frente a Mauricio Macri. Gestos que no se pueden tapar con muchos diarios de papel. Aunque sean tamaño sábana.

Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica