El rumbo

Por Gabriel Fernández *

Se abre un ciclo interesante hacia el 2016 y su proyección. En este tramo resultará trascendente la determinación popular de seguir adelante por un andarivel, con todos los matices que se quieran modificar, para garantizar el curso del crecimiento nacional.

Estamos afrontando la primera vez que un gobierno nacional – popular no padece la interrupción de su mandato en manos de un golpe cívico militar. El yrigoyenismo en los años 30, el primer peronismo en el 55 y su segunda instancia en el 76 fueron experiencias valiosas, pero truncas.

En aquellas instancias se evitó, a través de la fuerte acción oligárquica, la corrección de rumbos, errores y dificultades por parte del sufragio popular. Si rastreamos fechas, nos encontraremos con un detalle: aquellas asonadas se registraron cerca de nuevas votaciones que jamás se concretaron.



Por eso, aunque las campañas y las ofensivas de ese segmento rentístico y parasitario del poder persisten, al no contar con el vigor que otrora le brindaba el alineamiento de las Fuerzas Armadas, la responsabilidad presente recae en mayor medida sobre el pueblo argentino.

Resultará valioso el aguzamiento de la inteligencia colectiva para no dejarse atrapar por los climas hostiles y antipolíticos que se deslizan en las maniobras comunicacionales. Y también la comprensión que permita desagregar litigios sectoriales de cauces generales.

Hay ejes trazados con energía en esta extensa Década Ganada: la presencia estatal en la economía y también en las variables cívicas y en las garantías. La decisión de insuflar recursos para promover incentivos potentes al desarrollo en base a la ecuación compra – producción – trabajo, es una clave.

Por eso el próximo paso electoral, Octubre, será un desafío: si la población ratifica la utilidad de la institución paritaria, de los planes y los respaldos a las cooperativas, de la Asignación Universal, de las alzas jubilatorias, la Patria tendrá una decisiva batalla a su favor.

A partir de allí, resulta pertinente apoyar con el voto la presencia oficial en el Banco Central, la negativa a endeudarse innecesariamente, el control de las variables monetarias. También, el crecimiento de la inversión educativa y la destinada a la investigación científica.

Y en su derredor, como Brújula determinante, la profundización del quehacer internacional: Unasur, Mercosur, Rusia, China, como factores actualizados de un tercerismo que tuvo partida de nacimiento en el Sur y merece un relanzamiento con bombos y platillos. Porque ya lo sabemos: nuestro Norte, es el Sur.

Lo que está en juego es mucho. Hasta ahora, en los momentos decisivos, el pueblo argentino ha sabido escoger. Lo ha hecho observando el trazo grueso, no deteniéndose en el manejo liviano de las reyertas puntuales. De esa tradición histórica es preciso aprender para poder avanzar.

* Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica